¿Cómo evitar los brotes de rosácea?

MENSAJE:

A poco de haberse lanzado al mercado el libro electrónico “Rosácea Nunca Más”, nos sorprendió la repercusión favorable y los deseos de los lectores de interactuar con su autora, Sofía Clerck.  

Hemos llegado a la conclusión que además del método efectivo que se da a conocer, este libro caló hondo por su forma práctica, sencilla y efectiva de abordar el problema. Pareciera un libro inspirado en el sentido común, por lo que nada mejor que darle la palabra a su autora.

Dice Sofía Clerck:

Ante todo, quiero decirle a mis lectores que todo el mérito que atribuyen a mi libro electrónico“Rosácea Nunca Más” consiste en que nació de mi propia necesidad. Padecí la enfermedad rosácea por largo tiempo, con idas y venidas en las curaciones. A veces me parecía que un profesional al fin daba en la tecla cuando empezaba a ver otra vez mi piel tersa y reluciente. No tardaba mucho en desanimarme, un nuevo brote de rosácea hacía su aparición y echaba por tierra mis expectativas.

La verdad es que sufrí mucho con esta enfermedad. Me sentí desconsolada y poco contenida cuando escuché decir a un especialista reconocido en problemas de piel: No se sabe de dónde proviene esta enfermedad, tal vez por eso no se ha encontrado una cura definitiva. 

Solo mejorías temporarias.

Francamente, me sentía una mujer desgraciada y no había nada que pudiera contentarme. Asistía a mi trabajo porque no me quedaba otra alternativa, pero luego me recluía en casa. Siempre tenía una excusa para no salir con compañeros de trabajo. Incluso llegué a descuidar mi físico por dejar de jugar vóley, una práctica deportiva que siempre me había apasionado pero ya no quería actuar en grupo. Sentía que mis compañeras me mirarían con desconfianza. Si bien es conocido que la rosácea no es contagiosa, los que sufren problemas cutáneos intuyen que causan una impresión desfavorable en el otro y de alguna manera se sienten rechazados.

A propósito del otro, dejé de buscar citas con jóvenes de mi edad. No quería ir a bailar y menos aún mostrarme en lugares públicos a plena luz del día. Cuando acepté alguna salida, intenté taparme con maquillaje todo lo posible y terminé pareciendo un esperpento.

Hasta que un día me propuse que tenía que terminar con los brotes de rosácea para vivir bien. Leí mucho acerca del trastorno. Llegó a mis manos información que estaba en inglés, que provenía de especialistas muy renombrados y estudiosos de esta condición. Todos llegaban a una misma conclusión, la enfermedad podía mejorar por un período, aunque no se estaba exento de sufrir un nuevo brote.

Seguí investigando, a la vez que empecé a experimentar. Mi esfuerzo debía estar hábilmente dirigido a combatir la rosácea, por lo que nada mejor que experimentar conmigo misma.

Deseché lo que estaba a mi alcance que me podía despertar un brote de rosácea. Fui anotando cada una de mis experiencias y sus resultados, probando una y otra vez hasta dar con un método preciso.

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Francamente, he descubierto un método efectivo que cura la rosácea en poco tiempo. Sistematicé mis conocimientos y los expongo paso a paso, como para que sean entendibles. Se trata de un método económico, que puede hacerse en la propia casa.

Sin exagerar, creo que además de un método para curar la rosácea estoy brindando un método para ser feliz. Estoy brindando un método para recuperar la belleza de la piel. Un método que permite mirarse al espejo con aprobación e ir al frente dispuesto a gozar de la vida con alegría.